sábado, 16 de febrero de 2019

PATRÓN DE SINTONÍA 2

BUENOS DÍAS, PERÚ y amigos de los CINCO CONTINENTES (¡Qué tal alucinado! ¿no?... jajajaja) o, "Hi, everybody!!!", como decía Mr. Johnny, uno de los personajes de Rulito Pinasco en EL SHOW DE RULITO Y SONIA. Desde que publiqué el post "Patrón de sintonía" en este blog, la idea de escribir una segunda parte estuvo CAMPANEANDO en mi cabeza y he aquí el resultado de dicho TRIKI TRAK mental (¡Ah! Recién me doy cuenta de dónde salieron EL TORNILLO y LA TUERCA que acabo de recoger).

Como en la primera parte, aquí continúo recordando LOS MAGNÍFICOS años en que, con televisores BLANCO Y NEGRO, que después, ENHORABUENA, fueron reemplazados por los primeros aparatos a color llegados al país, teníamos la opción de tan solo tres canales pero veíamos una programación más interesante y sana que la de ahora. 

Como una SOMBRITA, una pequeña sombra, que se va haciendo más grande y nítida, aparece en mis recuerdos la imagen de un personaje FANTASMAGÓRICO que, a pesar de verse y llamarse así (por lo menos, con la traducción y el doblaje mexicano) es el héroe de la serie en donde COMBATE episodio a episodio al maléfico Doctor Zero y su fiel pero torpe lugarteniente Gorgo que, no sé por qué, me recordaba al conde Nylon de LA PRINCESA CABALLERO; quizás sea por lo ESTRAFALARIO de su apariencia con las larguísimas narices que les habían creado sus dibujantes.

Así como pasaba con la televisión de esa época, EL MUNDO DE LOS NIÑOS también era más simple y sano entonces porque, luego de regresar del colegio y terminar los deberes, se podía salir a jugar con LA PANDILLA del barrio a pelotear y soñar con ser un GIGANTE DEPORTIVO como nuestros ídolos que veíamos en esa pantalla o en las páginas de Ovación o El Gráfico.

Pero, al igual que con las series de aventuras y lo que ahora llaman animes (que en esos tiempos llamábamos simplemente dibujos, ya sean japoneses, gringos o del origen que sea, sin hacer diferencia), mi PULSO también se aceleraba cuando tenía, FRENTE A FRENTE, los monstruos de las historias de los VIERNES DE TERROR (siempre que el Gran H y Mrs. T me dejaran estar despierto hasta esa hora, claro). LO INCREÍBLE era que, siendo películas de décadas atrás (antiguas aún para el momento en que las estábamos viendo), siempre tenían en vilo a la teleaudiencia manteniéndola HECHIZADA frente al televisor.

Como unos AUTOS LOCOS, más recuerdos siguen atropellándose por aparecer en este TESTIMONIO, pero ésto ya podría ser más adelante en un posible tercer capítulo, así que eso es todo por HOY y, como decía Don Augusto Ferrando Chirichigno en su recordado TRAMPOLÍN A LA FAMA, "un comercial y regreso".