sábado, 22 de diciembre de 2012

22-12-12: EL DIA DESPUES

¡Ya! ¡Terminó el 21 de diciembre! Estamos 22 y no pasó nada. No llegaron los extraterrestres que nos exterminarían, no hubo megaterremotos ni erupciones volcánicas en cadena, tampoco diluvios y tsunamis, ni rastro de asteroide alguno que vaya a colisionar con la Tierra y ocasione esos terribles cataclismos o el tal planeta X o Nibiru que nos desintegraría totalmente. Tampoco hubo un inconsciente que presionara el botón rojo cuando despegó el juguetito norcoreano que, como nunca, esta vez sí funcionó. Ni llamaradas, ni apagones solares, ni inversión de polos magnéticos. Ahora, a olvidarse de todas esas tonterías sobre el fin del mundo y continuar con la vida cotidiana en todos los rincones de la Tierra. La humanidad no ha desaparecido y puede nuevamente ocuparse de cosas más importantes, seguir contaminando y deforestando el planeta, destruyendo la capa de ozono, incrementando el calentamiento global, cazando animales en extinción, dándole la espalda a la hambruna y la pobreza, haciendo guerras y fabricando mas armas nucleares... ¡aaarrrggghhh! Malditos intérpretes de las predicciones Mayas, ¿¡por qué se equivocaron!? Como decía Mafalda: ¡Que paren el mundo porque me quiero bajar!

lunes, 10 de diciembre de 2012

21-12-12

¿Habrán tenido los mayas alguna idea de lo que iban a provocar siglos después de que desaparecieron misteriosamente dejando atrás ese gran plato para elefantes decorado al que ahora conoce todo el mundo como el calendario maya? ¿Qué...? ¿... que en Centroamérica nunca hubo elefantes? Si hay gente que cree que los mayas, los nazcas o los antiguos egipcios eran extraterrestres, ¿por qué no puedo yo creer que en alguna parte de nuestro continente hubo elefantes y que comían en plato?
21 de diciembre de 2012, o sea dentro de unos días, esa es la fecha que dicen los "expertos" en lectura de platos para elefantes que los mayas han predicho el fin del mundo. Todos ellos dicen que ya llega el final pero ninguno precisa cómo va a llegar. Esos "expertos" no saben cómo, pero el cine y la televisión sí nos han dado muchas muy imaginativas ideas de las maneras en que podría darse este fin del mundo.
Por ejemplo, varias nos lo muestran con la llegada de extraterrestres. En este caso tendría que pensar mucho si prefiero ser aniquilado por esos pequeños cabezones esqueléticos de "Mars attacks", por unos seres reptiloides disfrazados de femme fatale como la capitana alienígena de "V" o por los espeluznantes seres de "Alien", "Predator" o "ID4". O, pensándolo bien, como buen trekkie, quizás elegiría ser asimilado por los borg, que vendrían a ser algo así como los herederos del sindicato de construcción civil peruano en el futuro (porque arrasan con todos los que no estén con ellos) o desaparecer silenciosamente solo con un chasquido de dedos de los omnipotentes Q.
Otra opción podría ser la ocurrencia de catástrofes naturales a nivel global. Megaterremotos en toda la superficie de la Tierra producidos por erupciones volcánicas en cadena, colosales diluvios y tsunamis que inundarían cada rincón del planeta o la colisión con un asteroide que causaría todo lo anterior y de donde no se escaparía ni Bruce Willis aunque hubiera sido real su personaje en "Armageddon".
Pero, lo más probable es que no sean catástrofes naturales o extraterrestres los que causen el fin del mundo sino que éste llegue por las propias manos del hombre. Aunque no creo que vaya a ser por culpa de un hacker despistado que se ponga a jugar con las computadoras del sistema de defensa norteamericano pensando que está entrando a un simple juego de rol en línea como en "War games". Si se produce, será porque, conscientemente, un verdadero inconsciente haya presionado ese botón que, según Hollywood, es de color rojo, para iniciar una guerra nuclear. Ya me está poniendo nervioso la postergación del lanzamiento del "satélite" norcoreano, espero que no lo reprogramen para este viernes 21, no tanto por sus juguetitos que, al final, nunca les funcionan, sino por todo el superarsenal con el que siempre se alistan ya saben quién para responderles.
Sea como sea que se produzca, yo ya estoy seguro que llegará de todas maneras, si no el mismo 21, quizás días antes o después, porque esta gripe que parece se me ha convertido en sinusitis me produce unos dolores de cabeza que no me hace dudar que es una manifestación de que el fin del mundo llegará con mi siguiente estornudo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

TE DAS CUENTA QUE HAS ESTADO DEMASIADO TIEMPO EN JAPÓN CUANDO...

Ocasionalmente, me sorprendo tomando actitudes que alguna vez me han causado gracia o llamado la atención cuando las he visto hechas por japoneses. No tengo tanto tiempo en Japón como la mayoría de mis amistades y parientes que están por estos lares, así que he apreciado más notoria esta japonización en ellos. En la web, hay varias páginas en inglés con listas enumerando los síntomas, pero, hasta ahora, no he llegado a encontrar ninguna en castellano; por eso, me he tomado la libertad de poner aquí una recopilación de ellos con algunos aportes tomados de lo que he visto de mis amigos y familiares, así como de mi experiencia propia también. Por supuesto que esta lista no está completa, cada uno puede agregar más síntomas a ella, pero aquí están los que yo he encontrado, visto, experimentado y con los que estoy de acuerdo que...

... Te das cuenta que has estado demasiado tiempo en Japón cuando:

-
Corres raudamente al tren porque el siguiente no llegará hasta dentro de largos dos minutos. Alguna vez lo he hecho, pero porque ya había salido con retraso de casa.
- Empiezas a pensar que el café enlatado sabe bien. No, eso aún no. No me gusta mucho el café, pero, si lo tomo, prefiero uno recién pasado (filtrado) y, si es café peruano, mucho mejor.
- Piensas que una pizza de maíz y mayonesa es una razonable elección para la cena. ¡Noo! Yo no cambio mi pizza de pepperoni o meat lover por nada.
- Piensas que los colores del semáforo son rojo, amarillo y azul. En verdad es verde como en todo el mundo, pero acá le dicen azul... bueno, en Perú le decimos ámbar al amarillo.
- Solo sabes el tamaño de tu apartamento por el número de tatamis. Yo aún no sé cuánto mide un tatami.
- Tomas unas vacaciones de tres días que implican ocho horas o más de vuelo. Si esas ocho horas fueran en tren y no en avión, yo las disfruto tanto como el tiempo que voy a pasar en el lugar a donde voy.
- Al momento de haber levantado algo pesado o hacer algún otro trabajo o esfuerzo físico, exclamas con satisfacción "¡yoshi!". A mi hermano Yoshi lo llamo cuando necesito su ayuda, no cuando ya he terminado lo que iba a hacer.
- Disfrutas cocinar tu propia comida en un restaurant. ¿Hacerle el trabajo al cocinero friendo mi propia tortilla o asando mi carne en la mesa? ¡No! A mí que me traigan todo listo ya para comer, que cocinar lo hago en mi casa.
- Empiezas a pensar que romaji es inglés (o castellano). No, aún no llego a eso.
- Continúas trabajando tranquilamente durante un sismo de grado 3 sin inmutarte para nada. Eso sí, incluso he seguido durmiendo en esos casos cuando han sido de noche.
- Ya no piensas que un bar con una barra de solo tres asientos es muy pequeño.
- Tienes curiosidad por el tipo de sangre de las personas que conoces. No; si pregunto, aunque casi nunca lo hago, porque no me interesa mucho, todavía es por el signo zodiacal y no por el tipo de sangre.
- Recuerdas fechas importantes por su año Heisei. Yo aún uso el calendario gregoriano, occidental.
- Puedes manejar una bicicleta con un pequeño paraguas de plástico en una mano y la otra sujetando el manubrio y no terminar mojado. Ya me he vuelto experto en eso.
- Al primer signo de un resfrío o alergia usas una mascarilla. Lo hago cuando los síntomas se van haciendo más fuertes.
- Ya no te parece raro ver en las tiendas sandwiches de tallarines rojos o tallarín saltado. A eso no creo que me acostumbre nunca.
- Haces una venia al momento en que estrechas la mano. De vez en cuando, especialmente si la otra persona es un japonés; él me da la mano al estilo occidental, yo le correspondo con una venia al estilo nipón.
- No te incomoda manejar una mama chari cuando en casa tenías una montañera o una bmx.
- Pides un café americano cuando estás en USA.
- Estás fuera de Japón pero sigues llamando gaijin a los no japoneses.
- Empiezas a sentirte nervioso cuando hay demasiados gaijin en un lugar.
- Muestras el signo de la V en todas las fotos que te toman. Nunca lo he hecho.
- Te has vuelto alérgico al polen del cedro. Sí, desde hace cuatro años sufro la tortura del kafunsho cada primavera.
- Empiezas a reservar asientos dejando sobre ellos carteras o billeteras sin preocuparte que te las puedan robar. Yo lo hago dejando mi maletín... hmmm... con mi billetera dentro.
- Haces venias hablando por teléfono. Hago venias, gesticulo, muevo las manos; todo eso desde antes de llegar a Japón.
- Tomas los buses turísticos para japoneses cuando estás en el extranjero. Prefiero los que tienen guías que hablen inglés, porque es difícil encontrarlos que hablen castellano.
- Ya no te sientes raro al comprar una botella de jugo de frutas de marca Kagome o conducir un auto modelo Moco de Nissan. Jugos sí tomo, auto no tengo.
- Tomas un taxi en tu país, esperas a que la puerta se abra automáticamente. Más bien, aquí, a veces, yo me olvido que se abre automáticamente y lo hago yo mismo antes de que el chofer presione el botón.
- Ya no te pierdes en la estación de Shinjuku. No me pierdo porque ahora siempre salgo por la misma puerta. ¡Con más de un millón de pasajeros diarios que transitan por ahí, mejor tener un sitio fijo donde encontrarse con los amigos!
- Notas que has olvidado cómo atarte los pasadores o agujetas de los zapatos.
- Te compras zapatos una o dos tallas más grandes para poder ponértelos o quitártelos con más facilidad cuando sales o entras a una casa.
- Empiezas a entender y a gustarte los comerciales de la televisión japonesa. Entenderlos, puede ser... que lleguen a gustarme, lo dudo.
- Eres mujer, te pones jeans y falda en un mismo conjunto. O te pones una camiseta debajo de un vestido sin mangas.
- Te tocas la punta de la nariz con el índice cuando vas a decir "yo". En Perú, uno se toca el pecho y coloquialmente dice "este pechito"... ¿aqui se diria "esta naricita"?
- Piensas que 4000 yenes es un precio razonable por un melón. O que un solo plátano peruano cueste 130 yenes.
- Ni siquiera te ruborizas cuando estás haciendo uso de un baño público y tienes a la empleada de la limpieza haciendo su trabajo al lado tuyo.
- Le has puesto una canastilla de compras a tu bicicleta montañera o de carreras. Tuve una montañera, pero nunca le puse canastilla.
- Te parece normal llamar mansion a un apartamento de tres cuartos cuartos y 60 m2.
- Regresas a tu país, tu casita de 100 m2 te parece inmensa.
- Has usado alguna vez un manga e internet cafe como hotel. Sí he pasado algunas noches ahí cuando no tenía computadora en casa.
- Escribes un artículo o nota usando palabras en japonés sin explicarlas en castellano.

sábado, 18 de agosto de 2012

DE ERRORES Y HORRORES

Quienes me conocen saben que tengo una obsesión casi patológica acerca de la correcta escritura. No es que sea un experto ni mucho menos, pero trato de que lo que escribo no haga que le provoque un dolor de ojos a quien lo lea. Aquí abajo, pongo una corta lista con algunos de los horrores y errores que me han causado ese dolor en mi recorrido por Internet:

- Nadies no existe. La palabra nadie no tiene plural. Nadie equivale a "cero personas" y, así se quiera multiplicar por cualquier cantidad, seguirá siendo "cero personas".

- Hay es el presente indicativo del verbo haber. La palabra para expresar dolor o sorpresa es la interjección Ay (sin h).

- Derrepente no existe. Se escribe separado, de repente, quiere decir repentinamente.

- Aya significa nana o nodriza. Si se quiere expresar entendimiento o comprensión de algo, se dice !Ah, ya! utilizando la interjección ah y el adverbio ya.

- Hay veces significa hay ocasiones, hay momentos, hay instantes. Con frecuencia se usa erróneamente en lugar de la locución adverbial a veces que quiere decir que algo sucede en algunas ocasiones, por orden alternativo.

- Demasiado no es lo mismo que bastante o mucho. Demasiado quiere decir que algo es excesivo.

- Vello es pelo corporal. Bello significa bonito.

- Hechar no existe. El sinónimo de arrojar, tirar, lanzar y también de recostar o acostar es echar.

- Raya es una línea. Ralla es el presente en tercera persona del verbo rallar, desmenuzar.

- Hojear es pasar las hojas de un libro, revista, etc. Ojear es echar un vistazo.

- Llendo no existe. El gerundio de ir es yendo.

- Barón es un título nobiliario. Varón significa hombre.

- Cayó es el pasado en tercera persona del verbo caer. Calló es el pasado en tercera persona del verbo callar.

- Haiga no existe. El presente subjuntivo del vebo haber es haya.

- Vez es momento. Ves es el presente indicativo en segunda persona del verbo ver.

- Gente es conjunto de personas y, por eso, como sustantivo colectivo, no tiene plural.

- Abrazar viene de brazo y significa ceñir con los brazos y estrechar. Abrasar viene de brasa y significa quemar.

- Los meses y los días de la semana se escriben con minúsculas.

- Jamás se deja espacio en blanco antes de un signo de puntuación (coma, punto, punto y coma, dos puntos, etc.). Después del signo, siempre se deja un espacio en blanco.

- Por regla, las palabras deben tildarse aún escritas en mayúsculas si les corresponde la tilde.

Esta es sólo una pequeña muestra de las fallas más comunes que cometen muchos, ya sea por desconocimiento o, simplemente, por apuro o descuido al escribir. Espero, con esta nota, poder ayudar a que disminuya en algo la incidencia de dolor de ojos en este pequeño rincón de la aldea global que es Internet.

miércoles, 25 de julio de 2012

DE AVIONES Y PRIMERIZOS

- Señorita, perdone... ése es mi asiento, ¿no? El 24B...
- Sí, señor. Así es, el 24B.
- ¡Pero esas cosas que están ahí no son mías!
- Sí lo son, señor. La manta, la almohada y los audífonos son para que los use durante el vuelo si es que le fueran necesarios. Por si no lo ha notado, cada asiento cuenta con un juego de ellos para comodidad de los pasajeros.
-¡Oh! Discúlpeme. No lo sabía... hmmm... ¡Qué vergüenza! Se nota que es mi primera vez en un avión, ¿no?
- No, para nada. No se preocupe.

Al alejarse la azafata, a él le parece ver en su rostro una sonrisa... ¿de burla?

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El empleado de la aerolínea, luego de ver la pantalla de la computadora, se dirige a la señora cuyo impecablemente nuevo pasaporte delata que es su primer viaje al extranjero y, quizás también, su primer viaje en avión:

- Disculpe, señora, ya no hay cupo en este vuelo, pero podemos acomodarla en el siguiente.
- ¿No hay cupo? ¿Qué significa éso? No lo entiendo.
- Quiero decir que ya no hay asientos libres, todos están ocupados.
- ¿No hay asientos libres? No se preocupe, joven. Hágame nomás un sitiecito y yo me acomodo. Yo puedo viajar parada.

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Un desagradable olor emanaba de la maleta. El hedor era tan fuerte que los demás pasajeros evitaban acercársele más de lo necesario; incluso, varios de ellos ya se estaban quejando. Llega su turno de acercarse a los empleados de la aerolínea y pasar el chequeo de equipaje:

- Señor, disculpe la molestia, pero tenemos que pedirle que abra la maleta para revisar su contenido. Son normas de la aerolínea y del aeropuerto. Espero que nos comprenda.
- No hay problema.

Al abrir la maleta, los empleados ven con sorpresa varias páginas de diarios pasados... envolviendo media docena de pescados crudos, que, por el olor, se notaban también pasados.

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- ¿Es su primer viaje a Miami?
- Sí, no solo a Miami, a los Estados Unidos.
- Le va a encantar, se lo aseguro.
- ¡Ah! ¿Ya ha estado ahí antes?
- Sí, yo vivo en Connecticut pero he estado en Miami por trabajo y también de vacaciones. Esta vez es por lo segundo.
- Entonces me podrá recomendar sitios interesantes para visitar. Ya le dije, es mi primer viaje y no conozco nada allá.
- Por supuesto y no solo se los puedo recomendar, puedo ser su guía también. Mi nombre es Jeff.
- Yo soy Sarita. Nice to meet you, Jeff.

Hoy, más o menos una década después, mi amiga Sarita y su esposo Jeff tienen tres lindos hijos.

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Todas estas historias son reales; me fueron contadas por sus protagonistas. Solo en la última tuve que imaginarme cómo pudo haber sido la conversación entre Jeff y Sarita cuando se conocieron en el vuelo a Miami.

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viernes, 13 de julio de 2012

DE NOMBRES Y CONFUSIONES

Suena el teléfono. Respondo:

- Aló...
- Aló, buenos días. ¿Panadería Venezia?
- Sí, Panadería Venezia contesta. Buenos días. ¿En qué le puedo servir?
- Me podría comunicar con la Sra. Tomasa?
- ¿Tomasa?
- Sí, con la Sra. Tomasa, por favor.
Disculpe, creo que se ha equivocado. Aquí no hay ninguna Sra. Tomasa.
- ¿Perdón?... eeh... hmmm... Soy el nuevo vendedor de Alicorp asignado a su zona y me dijeron que me comunicara con la dueña, la Sra. Tomasa...
- ¡Aaah! Ud. se refiere a la Sra. Tomi.
- Sí, a ella misma, la Sra. Tommy... la Sra. Tomasa.
- No, no es Tomasa. Su nombre es Tomiko. No se encuentra en este momento, pero puede volver a llamarla dentro de una hora.

Cuelgo el teléfono... sin poder aguantarme la risa.

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Llego a la panadería y veo a mi tío muy enojado llamándole la atención al nuevo empleado, un joven provinciano tan bajito como él y en quien aún es muy notorio el acento de alguien recién llegado desde algún lugar de la sierra:

- ¡¡¿Cómo es eso de llamarme "chiquillo"?!! ¿No te han enseñado a respetar a tus mayores, más aún si son tus jefes?
- Pero, si todos lo llaman así, yo pensé que también podía decirle chiquillo...
- ¡Chiquillo, no! ¡Mi nombre es Shigeo! ¡Shi-ge-o!
- Pero si eso dije: Chi-qui-llo
- ¡Noooo! ¡Shigeo! ¡Repite conmigo!
Shi...
- Chi...
- ge...
- qui...
- o...
- llo...
- ¡Shigeo!
- ¡Chiquillo!
- ¡Noooo! ¡Shigeo! ¡¡¡Shigeooooo!!!
- Chiquillo...
- ¡Aaaarrrggg!... ¿Sabes...?... Mejor llàmame Ernesto nomás.

Me alejo de ellos... sin poder aguantarme la risa.

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Tomo un taxi de regreso a casa. El taxista empieza la conversación:

- Ud. es nikkei, ¿no?
- Sí... ¡Oh! Qué raro es oír a alguien decir "nikkei". Casi siempre me preguntan si soy nisei, japonés o, incluso, chino...
- ¡Ah! Es que tengo un amigo nikkei que me ha enseñado que se dice así a los descendientes de japoneses. En su casa aprendí a comer con "ohachi".
- Ohashi...
- Sí, "ohachi"... Cocinan muy rico en su casa, me gusta mucho la comida japonesa...
- Qué bien. Me alegro que le guste...
- Bastante. Lo único a lo que no podría acostumbrarme es a comer arroz sin sal. Hablando de comida, mi amigo tiene un apellido muy gracioso, se llama Osobuco.
- ¿Osobuco? Entonces, ¿la mamá de su amigo es la nikkei? Porque ese no es un apellido japonés...
- No. Su papá es japonés, de Okinawa, su mamá es peruana...
- ¿Si? Pero, como le dije, Osobuco no es ningún apellido japonés y, menos aún, okinawense.
- Claro que sí. Además, quizás lo conozca. Vive a solo media cuadra de donde subió a mi taxi, en la casa verde al lado de la bodega.
- ¡Pero si ésa es la casa de mi concuñado! Ahi es donde estuve antes de tomarlo. Su apellido no es Osobuco... ¡Es Ogusuko!

En ese momento llegamos a mi casa. Le pago el servicio y me bajo del taxi... sin poder aguantarme la risa.

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sábado, 7 de julio de 2012

AMIGO

Estrecho la mano de mi amigo. Nos conocemos desde el primer año de primaria en que nos pusieron en el mismo salón y de entonces ha sido el único con el que he compartido las mismas clases, profesores y aulas en estos diez años. A pesar de éso, hemos estado distanciados el último par de años en que me alejé de él por una tontería, no suya sino cometida por mí mismo. Es el comienzo de nuestro último año de secundaria y, quizás, dentro de unos meses, luego de la graduación, ya no nos vayamos a ver. Hace tiempo que quería acercarme a él y pedirle disculpas pero no me atrevía a dar ese paso por temor a que no las acepte, pues hubiera estado en todo su derecho de hacerlo. Pero ya solo quedan unos meses antes de la despedida y eso me da valor para ir donde él, disculparme y pedirle volver a ser amigos. Él me dice que en todo este tiempo no se acercó a mí para no molestarme pero que nunca había dejado de considerarme su amigo y que estaba feliz de que yo quisiera volver a llamarlo así. Mientras estrecho su mano, pienso en lo afortunado que soy de no haber perdido un amigo como él.
Feliz día del amigo, Jaime. Gracias por estas cuatro décadas de amistad, AMIGO.

lunes, 2 de julio de 2012

DE ANGELES Y DEMONIOS

Es víspera de Navidad. Leyendo tantos mensajes llenos de deseos de armonía, paz, amor, felicidad, etc., reflexiono en que si lo especial de estas fechas hacen de verdad mejores a las personas. Bueno, pienso, unos sí lo desean y tienen toda la intención de mejorar o ya son buenas personas de por sí; otros, simplemente, siguen la corriente a los primeros, pero en verdad no les interesa mejorar, ni si son buenas personas, incluso el ser todo lo contrario no les mueve el piso para nada.
Aunque, en muchos casos, para mí no hay grises o medios tonos, algo es blanco o negro, en éste no creo estar en ninguno de los dos extremos, pues pueden ser fechas muy especiales y se puede tener toda la mejor intención del mundo, pero, pasado todo el ambiente espiritual que originan estas fiestas, casi siempre las buenas intenciones quedan solo en eso. Siendo así, yo prefiero no desear o establecerme propósitos especiales, sino, simplemente, seguir siendo solo un ser humano más, el de todos los días.
Es seguro que no soy tan buena persona como algunos piensan, pero tampoco creo ser tan mala persona como otros afirman. Simplemente, soy una persona, solo éso, solo un ser humano con muchos defectos y algunas virtudes, como todos. Los primeros, los que creen que soy bueno, los que me quieren, mis seres queridos, mis amigos de verdad, saben que yo por ellos lo doy todo. Los segundos, los otros, es porque ya se han enterado que cuando se meten conmigo o con los míos, a ellos les doy con todo. No soy de los que dan el primer golpe, pero, si me lo dan, tampoco soy de los que se quedan tranquilos y muestran la otra mejilla, así que, el que se puso a "hablar" de mí a mis espaldas al día siguiente de que le estreché la mano en señal de amistad no puede esperar que me quede callado y, mucho menos, que le vaya a echar flores, ¿o cree que de verdad soy ese "huevas" que él dice que soy?
Ya han pasado casi dos días después de Navidad. Anoche recibí una noticia que me hizo pensar en borrar todas las líneas antes de ésta, pensar en que lo que ya he escrito no es nada, porque de verdad no lo es, al lado de esa noticia. Pero estoy exorcizando pensamientos y, si borro esas líneas, volvería a guardarme mis demonios dentro. Un buen amigo acaba de perder a su hijo mayor en un accidente de tránsito. Eso fue en la madrugada, pero él no se enteró hasta el mediodía porque estaba trabajando y había dejado su celular en el auto. Una amiga me dijo una vez que a un hijo que pierde a sus padres se le llama huérfano, pero que no existe una palabra para nombrar a un padre que pierde a su hijo porque no es lógico, no es natural que los hijos se vayan antes que los padres. Yo digo que no es solo eso, sino que es porque no existe una palabra que pueda expresar todo el dolor que causa perder a un hijo. Después de hablar con mi amigo, tratando de expresarle alguna palabra de consuelo, llamé a Lima, sentía más que nunca la necesidad de hablar con mis hijos... de decirles que los amo y que los extraño mucho.
Hoy, medio año después de haber escrito lo anterior, revisando algunos borradores que tenía archivados, lo reencontré. Lo había dejado así tanto tiempo porque no sabía qué hacer con él, si continuarlo o simplemente borrarlo o... no sé. Decidí publicarlo aquí, tal como lo había dejado, sin cambiar nada, para que vayan conociendo algo de mí, como dije al iniciar este blog, exorcizando algunas ideas, pensamientos, sentimientos. Esto es una pequeña parte de lo que soy, solo una persona más, como todos, ni ángel, ni demonio.

miércoles, 27 de junio de 2012

DE SOPAS Y SOPAS

- Toma toda tu sopa para que crezcas alto y fuerte.
- Ma... ¿entonces, el tío Ernesto nunca terminó su sopa y por eso se quedó chiquito?
Ésta es una conversación entre mi madre y yo ocurrida hace más de cuatro décadas pero que ella nunca pierde la oportunidad de recordar divertida. Y yo, por supuesto, siempre me terminaba todo el plato de sopa no solo porque no quería quedarme chiquito como el tío Ernesto sino, también y especialmente, por la gran combinación de sazón chalaca y nikkei de mi viejita que hacía que uno lo deje practicamente limpio y pidiendo "repeticuá".
Por eso, nunca entendí la aversión que tenía por la sopa uno de mis personajes favoritos de las tiras cómicas, Mafalda. Pero, ahora, la popularidad que está ganando internacionalmente la cocina peruana me ha dado luces sobre por qué esta despierta y aguda niña nunca fue adepta a algo que sí he disfrutado yo desde chico. Me imagino que Quino, el "padre" de Mafalda, se ha deleitado siempre con unos buenos asados allá en tierras sureñas, pero no sabe lo que es un buen aguadito de pollo o de conchitas, una sopa de choros, un menestrón (la versión peruana del minestrone italiano) o, para mí, el non plus ultra de las sopas, un inigualable chupe de camarones; incluso los aportes de los inmigrantes asiáticos como la sopa wantán o la fuchifú en el chifa, o un ramen, un tempura udón o un soba okinawense de la cocina nikkei... ¡ah! y, como aquí, mi asesora gastronómica especialista en delicias del sur chico peruano me dice que no la incluya en la lista de sopas porque en verdad no lo vendría a ser, la menciono como "la sopa que no es sopa" porque lleva esa palabra en su nombre, la sopa seca cañetana y la chinchana.
Definitivamente, si Quino hubiera nacido en Perú, la frase de Mafalda no sería "¿otra vez sopa?" sino "¿y hoy no hay sopa?", porque la habilidad culinaria peruana para hacer de unos cuantos ingredientes un manjar es inigualable; tanto así que no tengo dudas de que el protagonista del cuento de la sopa de piedra es originario de tierras incaicas. Y, si no conocen este cuento, los invito a buscarlo en la net, que van a encontrar varias versiones de esta historia, incluso la de uno de los episodios de "The storyteller" o "El narrador de cuentos" como se conoció en Perú a esta serie en donde ese personaje es interpretado por William Hurt.
Bueno, los dejo aquí, porque ya me dio hambre y se enfría mi sopa.

miércoles, 20 de junio de 2012

EN SUS MARCAS... LISTOS...

Hoy empiezo este blog. Hace tiempo que tenía la intención de crear uno, pero no me decidía por un tema específico sobre el cual tratar aquí. Y no es que no se me ocurriera nada, sino que no sabía si escribir sobre política (me parece un poco aburrido), deportes (aunque me gusten, nunca he sido bueno practicándolos y mucho menos comentándolos), entretenimiento (aquí sí podría ser y no porque sea un experto, sino porque ¿a quién no le gusta este tema?), filosofía, o sobre temas relacionados con mi profesión, con mis hobbies o un largo etcétera. Finalmente me decidí por todos esos y más, por publicar cualquier cosa que se me ocurra o haya llamado mi atención al momento de estar al teclado. Por eso el nombre de este blog, "Exorcismo DeMente", porque aquí voy a exorcizar, exteriorizar pensamientos, ideas, reflexiones y cualquier pequeña locura como ejercicio mental, al cual, quien quiera hacerlo, es invitado a unírseme.