lunes, 2 de julio de 2012

DE ANGELES Y DEMONIOS

Es víspera de Navidad. Leyendo tantos mensajes llenos de deseos de armonía, paz, amor, felicidad, etc., reflexiono en que si lo especial de estas fechas hacen de verdad mejores a las personas. Bueno, pienso, unos sí lo desean y tienen toda la intención de mejorar o ya son buenas personas de por sí; otros, simplemente, siguen la corriente a los primeros, pero en verdad no les interesa mejorar, ni si son buenas personas, incluso el ser todo lo contrario no les mueve el piso para nada.
Aunque, en muchos casos, para mí no hay grises o medios tonos, algo es blanco o negro, en éste no creo estar en ninguno de los dos extremos, pues pueden ser fechas muy especiales y se puede tener toda la mejor intención del mundo, pero, pasado todo el ambiente espiritual que originan estas fiestas, casi siempre las buenas intenciones quedan solo en eso. Siendo así, yo prefiero no desear o establecerme propósitos especiales, sino, simplemente, seguir siendo solo un ser humano más, el de todos los días.
Es seguro que no soy tan buena persona como algunos piensan, pero tampoco creo ser tan mala persona como otros afirman. Simplemente, soy una persona, solo éso, solo un ser humano con muchos defectos y algunas virtudes, como todos. Los primeros, los que creen que soy bueno, los que me quieren, mis seres queridos, mis amigos de verdad, saben que yo por ellos lo doy todo. Los segundos, los otros, es porque ya se han enterado que cuando se meten conmigo o con los míos, a ellos les doy con todo. No soy de los que dan el primer golpe, pero, si me lo dan, tampoco soy de los que se quedan tranquilos y muestran la otra mejilla, así que, el que se puso a "hablar" de mí a mis espaldas al día siguiente de que le estreché la mano en señal de amistad no puede esperar que me quede callado y, mucho menos, que le vaya a echar flores, ¿o cree que de verdad soy ese "huevas" que él dice que soy?
Ya han pasado casi dos días después de Navidad. Anoche recibí una noticia que me hizo pensar en borrar todas las líneas antes de ésta, pensar en que lo que ya he escrito no es nada, porque de verdad no lo es, al lado de esa noticia. Pero estoy exorcizando pensamientos y, si borro esas líneas, volvería a guardarme mis demonios dentro. Un buen amigo acaba de perder a su hijo mayor en un accidente de tránsito. Eso fue en la madrugada, pero él no se enteró hasta el mediodía porque estaba trabajando y había dejado su celular en el auto. Una amiga me dijo una vez que a un hijo que pierde a sus padres se le llama huérfano, pero que no existe una palabra para nombrar a un padre que pierde a su hijo porque no es lógico, no es natural que los hijos se vayan antes que los padres. Yo digo que no es solo eso, sino que es porque no existe una palabra que pueda expresar todo el dolor que causa perder a un hijo. Después de hablar con mi amigo, tratando de expresarle alguna palabra de consuelo, llamé a Lima, sentía más que nunca la necesidad de hablar con mis hijos... de decirles que los amo y que los extraño mucho.
Hoy, medio año después de haber escrito lo anterior, revisando algunos borradores que tenía archivados, lo reencontré. Lo había dejado así tanto tiempo porque no sabía qué hacer con él, si continuarlo o simplemente borrarlo o... no sé. Decidí publicarlo aquí, tal como lo había dejado, sin cambiar nada, para que vayan conociendo algo de mí, como dije al iniciar este blog, exorcizando algunas ideas, pensamientos, sentimientos. Esto es una pequeña parte de lo que soy, solo una persona más, como todos, ni ángel, ni demonio.

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